LA SERPIENTE DE ORO

Como sabemos, las experiencias vividas por Ciro influyeron en el argumento de sus obras, tal como es el caso de su esplendorosa obra “La Serpiente de Oro”, ahí nos cuenta cuando Alegría fugó a Huamachuco y de allí pasó a Shicún, donde vivía su padre. Juntos se refugiaron en una isla junto a Shicún, en el río Marañón. Pancho Pinillos les anunció, mediante un empleado, que venían las fuerzas perseguidoras y esa misma noche huyeron río abajo en una balsa; ahí relata la muerte de Rogelio. También podemos apreciar la descripción que hace el autor acerca de Lucinda, de quien resalta la forma de sus senos, manifestándonos las características que le atraían de las mujeres.

Siendo estos hechos relatados en su maravillosa obra "La Serpiente de Oro", que nos deja una gran reflexión acerca del deseo de querer controlar la naturaleza a nuestro modo, olvidándonos de la verdadera esencia de ésta.

MUCHA SUERTE Y HARTO PALO

“….Esa facilidad según la cual escribí, en el capítulo: Sangre de Caucherías; en un día se me ha esfumado. Cada día estoy más descontento corrijo, enfoco de diez maneras un mismo tema, y por último lo abandono. Esta ha sido una de las angustias de los últimos años. Así tengo tres novelas comenzadas y no sé cuándo las terminaré…”


Mucha suerte con harto palo nos deja entrever muchos aspectos de la segunda existencia de Ciro Alegría. Describe allí su vida y trabajos periodísticos y literarios en los Estados Unidos durante la II Guerra Mundial. Escribía una columna semanal para Overseas News

Agency, un artículo semanal para la revista Norte y hacía traducciones para la revista Selecciones. Cualquier cosa hacía: “Nunca he trabajado tanto en mi vida”. Desde 1949 a 1953 vive en Puerto Rico, donde conoce al hipersensible; Juan Ramón Jiménez. Hay también en sus memorias reflexiones sobre la realidad de la América Latina y Europa, y crónicas de viajes y estancias en México y Cuba, donde vive los días de la revolución. Después se establece definitivamente en Perú en 1960. La crónica de sus relaciones con escritores como Waldo Frank, Gabriela Mistral, Alfonso Reyes, Jorge Luis Borges, John Dos Passos o José María Arguedas que se recoge en el libro es imprescindible para comprender el ambiente literario e intelectual de aquella época.

CRÍTICAS A NUESTRO ESCRITOR


En una reciente entrevista (LR, 16/10/09), Alfredo Bryce ha lanzado una serie de juicios contra Ciro Alegría, llevados no por el parricidio generacional, sino por la falta de conocimiento del autor de “El mundo es ancho y ajeno”. Bryce afirma que Alegría no tiene actualidad y que “ha caído en el olvido”; además comenta que: “Su visión del mundo andino de Ciro es de cartón-piedra comparada con la de Arguedas de Los ríos profundos; el otro es los ríos secos, de la superficie”. Lo que ya no tiene actualidad es seguir comparando a los dos más grandes de la novela indigenista en un enfrentamiento arbitrario, interesado y estéril.

Sólo quien no ha leído bien las tres novelas ejemplares de Alegría puede decir que sus personajes, hombres, animales y hasta la misma naturaleza carecen de vida propia, porque el mundo andino es así.


Tal vez, esta sea la manera de cómo Bryce une su voz a la celebración del Centenario de Ciro Alegría, o es, simplemente, fruto de su lamentable desinformación.

NUESTRO PRIMER NOVELISTA CLÁSICO


Ciro Alegría, considerado el narrador peruano de mayor éxito internacional, debido a las grandiosas obras escritas por él, especialmente gracias a su expresión culminante: “El mundo es ancho y ajeno”, esta obra y Alegría en general trasciende los límites del “Indigenismo ortodoxo”, sin olvidar “La Serpiente de Oro” y “Los Perros Hambrientos”, son las tres novelas que convirtieron a Alegría en “Nuestro Primer Novelista Clásico" (Valoración formulada pro Vargas Llosa). En las tres historias, los personajes centrales son el paisaje y los pueblos, vistos a través de sus habitantes, hombres y mujeres marginados; quienes se enfrentaban a los hombres blancos, dueños de esos pueblos y hasta de los paisajes; además en las tres historias no hay final feliz. Por todo esto, nuestro excelente escritor Ciro Alegría es reconocido ampliamente en Perú y en el extranjero, y sobre todo inamovible en el canon de nuestra tradición literaria.

LOS PERROS HAMBRIENTOS

Fue escrita en el sanatorio de San José de Maipó, donde Alegría estuvo internado a causa de una embolia que le dejó casi sin vida y con medio cuerpo paralizado. Por prescripción facultativa comenzó a escribir su segunda novela y resultó ser la más cuidada, debido al reposo en el hospital, que le dio tiempo para pensarla y meditarla más que las otras dos.
Le surgió la idea básica al escuchar los aullidos de los perros que de noche llegaban a sus oídos y martilleaban sus sienes los lamentos de los perros que presagiaban la muerte. Rasgando dolorosamente la oscuridad, le hacían recordar otros ladridos lejanos que había escuchado en tenían en el sanatorio, como cobayas, para los experimentos. Noche tras su infancia peruana. Esto le trajo a la mente un relato contado por su abuela materna, Juana Lynch de Bazán, que era mestiza, pero más a fin al mundo indio que el blanco. A ella deberá Alegría gran parte de su formación indigenista. Doña Juana le había contado que en su época de juventud presenció una tremenda época de hambre, debido a la falta persistente de lluvias, que ocasionó una gran sequía y asoló una región. Al no haber alimento para los hombres, mucho menos los había para los perros del altiplano, que se volvieron contra sus dueños y aullaban por las noches insistentemente, olfateando la muerte.

SUS ROMANCES

Además de demostrar ser un excelente y exitoso escritor peruano, tuvo ciertas aventuras amorosas, que de algún modo llenaron su vida de pasión y de romance. En Santiago de Chile contrae nupcias con su tía segunda, Rosalía Amézquita Alegría, con la que tuvo dos hijos, Ciro y Alonso. Luego decide divorciarse para poder casarse con la portorriqueña Ligia Marchand, con la que no tuvo hijos y de quien se divorció en 1954. Por último, desposaría en terceras
nupcias a la poetisa cubana Dora Varona, en Santiago de Cuba, quien es la recopiladora y estudiosa de su obra, con la que tuvo 4 hijos (Cecilia, Ciro, Gonzalo y Diego), de los cuales el menor nacería póstumamente (Diego) y fallecería a los 15 años de edad, en una excursión escolar a Marcahuasi, Perú.

EL GRANDIOSO GRUPO NORTE


El hecho más significativo en la vida de Ciro Alegría, fue su ingreso formal al Grupo Norte en 1927, que por ese entonces era ya conducido por Antenor Orrego. Así, el vivió de llenó la etapa más ideológica y política que atravesó este círculo trujillano. Alegría, es bueno recordarlo, como apenas un estudiante secundario de tan sólo 17 o 18 años, cuando sintió el impacto del discurso del filósofo Antenor Orrego quien había llegado ya a convertirse prácticamente en todo un símbolo en Trujillo.


Ciro Alegría, fervoroso admirador de Orrego, ingresa a trabajar en el periódico El Norte, para eso ya era órgano del Grupo Norte. Inició con mucho entusiasmo y a tiempo completo las tareas propias del oficio periodístico, logrando rápidamente sobresalir entre sus compañeros gracias a su inteligencia, dedicación, y sobre todo a su excelente pluma. No pasó ni un año y ya ocupaba el cargo de Jefe de Redacción (1928-1929)